¿Qué es el Sufismo?
LA MANIFESTACIÓN DE LA DIVINIDAD (Mazhariat)
Como se sabe, las palabras son símbolo de los objetos, de las realidades y de los sentidos. Los sufíes opinan que el viajero, mediante la atención total y permanente en el significado y realidad de su zekr, se transforma en el mazhariat, o epifanía simbólica del mismo zekr. En otras palabras, la permanencia del zekr origina en el viajero un estado, un atributo, en armonía y reflejo del Atributo divino [del que su zekr es símbolo].
Este es el punto de vista desde el que los sufíes consideran que, en cada Profeta o Amigo de Dios, predomina un Atributo divino, y que cada uno de ellos es la epifanía y el símbolo de un Atributo divino en particular.
Por ejemplo, los sufíes ven en Moisés al símbolo del ‘alwiyat (la Trascendencia Divina), porque él habló con Dios directamente sin intermediario. El atribuir este símbolo a Moisés proviene del versículo coránico, en el que Dios dice a Moisés: «No temas porque tú eres sublime» (manifestación de la Trascendencia de Dios). (Qo 20, 68)
Jesucristo es la epifanía o el símbolo de la Profecía de Dios, porque cuando estaba en la cuna dijo: «Dios me ha dado la Escritura y la investidura de Profeta». (Qo 19, 30).
Y Mohammad, es la epifanía de la Unidad y de la Perfección de Dios y, por ello, símbolo del Nombre supremo (esm-e a’zam), Nombre que abarca a todos los demás Nombres divinos. Por ello Mohammad dijo: La primera cosa que Dios creó, es mi luz.
De otra parte, cada profeta es la epifanía de uno de los Atributos divinos y todos los Atributos divinos están contenidos en el Nombre supremo. Y es precisamente esta condición omniabarcante del Nombre supremo lo que le otorga primacía sobre los demás Nombres; de ahí las palabras del Profeta: Yo era profeta cuando Adán estaba todavía entre agua y barro.